Cómo aprende tu mascota

Según la teoría del aprendizaje, aquello que ha aprendido tu mascota, lo hace, porque es lo que le funciona o le resulta seguro, y no hará ni repetirá aquellos comportamientos que no le funcionen o que considere peligrosos, desde las emociones que le puedan despertar.
La teoría del aprendizaje
Las formas más comunes de aprendizaje en nuestras mascotas son el aprendizaje asociativo (condicionamiento clásico y condicionamiento operante) y el aprendizaje no asociativo (habituación y sensibilización).
- Aprendizaje asociativo:
- Condicionamiento clásico (CC):
- Condicionamiento operante (CO):
- Refuerzos
- Castigos
- Aprendizaje no asociativo:
- La habituación
- La sensibilización
Nuestras mascotas aprenden por las consecuencias inmediatas de sus acciones y la asociación de eventos que ocurren en ese instante.
Dos tipos de aprendizaje asociativo:
Asocian estímulos y/o situaciones de su entorno, sin significado aparente, con los estados emocionales que les producen.
Nuestras mascotas aprenden de su entorno, observan atentamente nuestros comportamientos, y todo lo que les rodea, buscando una señal, que les indique que algo de su interés pueda suceder. Es una forma de controlar un entorno incontrolable para ellos.
Estas asociaciones permiten a los animales anticipar situaciones mediante la asociación de estímulos, por ejemplo: cuando te preparas para ir al trabajo saben que se van a quedar solos, y se ponen nerviosos antes de la salida; cuando suena el timbre de casa saben que alguien viene y antes de la llegada se ponen contentos; también saben predecir un castigo, cuando les gritas y estás enfadado, o cuando hay orina en casa, se acercarán de forma sumisa, intentando con su lenguaje, calmarse y calmarte para evitar ese castigo, y no es porque se sienta culpable según los ojos de algunos, sino porque asocian nuestro lenguaje corporal, facial y verbal, o la presencia de orina a que se le va a castigar.
Aprenden sobre su propia conducta, asocian su propia conducta con la consecuencia inmediata de dicha conducta, aquella que ellos han percibido, y el efecto de estas consecuencias aumentará (refuerzos) o disminuirá (castigos) la probabilidad de la conducta:
Es una consecuencia que aumenta la frecuencia de la conducta a la que sigue.
Un refuerzo puede ser positivo (por ejemplo: aparece algo agradable, permitir realizar una conducta) o negativo (por ejemplo: retirada de algo desagradable).
También debemos diferenciar los refuerzos primarios y secundarios. Los primarios aquellos que en sí mismos son un premio (comida, caricias y juego). Los refuerzos secundarios, o también llamados condicionados, porque se asocian por condicionamiento clásico a un refuerzo primario y acaban teniendo el mismo valor. Los secundarios más habituales son el “clicker” y las palabras.
Es una consecuencia que reduce la frecuencia de la conducta a la que sigue.
Un castigo también puede ser positivo (por ejemplo: aparece algo desagradable),
o negativo (retirada de algo agradable, no permitir realizar una conducta).
Otra forma de aprendizaje más sencilla, el no asociativo. En este tipo de aprendizaje, un único estímulo que aparece repetidas veces en un determinado contexto, provoca un cambio en la conducta que se interpreta en términos de reactividad al medio, sin asociaciones de ningún tipo.
Son fundamentales para adaptarse a su entorno y son fruto de la experiencia con dicho entorno, en la que un solo estímulo que aparece repetidas veces en un contexto determinado, provoca un cambio en la conducta, decreciendo (habituación) o aumentando (sensibilización).
Dos tipos de aprendizaje no asociativo:
La habituación es la disminución o desaparición de una conducta como consecuencia de la exposición repetida ante un único estímulo; por ejemplo: el sobresalto ante un ruido fuerte, tras la exposición repetida, adquiere la condición de irrelevante.
La sensibilización es el incremento de una conducta frente a un estímulo neutro, como consecuencia de una presentación del mismo particularmente intensa, dificultando que pase desapercibido; por ejemplo: los petardos, provocan una fobia por sensibilización en lugar de habituación.
La comunicación
La comunicación, es la base para una buena relación, y de un equilibrio emocional óptimo, entre tú y tu mascota.
¿Te gustaría entender qué es lo que te intenta comunicar, mediante su lenguaje, para poder identificar y respetar sus emociones?
“Sé que estás enfadado pero no entiendo el por qué”

Condicionamiento clásico (CC)
¿Quieres en verdad, entender y aprender su lenguaje, para mejorar vuestra relación y calidad de vida?
¿Quieres hacerte entender, empleando métodos que tengan en cuenta, el respeto y el afecto hacia ellos?
¡ Qué güay y divertido ! Si me siento me premian.

Condicionamiento operante (CO)
Nuestras mascotas usan señales para comunicarse, no sólo hacia los miembros de su propia u otras especies, sino también hacia nosotros, las personas.
Conocer estas señales de comunicación y saber interpretarlas te ayudará a mejorar tu comunicación con ellas.
Te invito a contactar conmigo
Porque ahora ya sabes que os puedo ayudar, ¡tanto a ti y como a tú mascota!
Ahora depende de ti, darme la oportunidad de escuchar lo que necesitas o quieres, para mejorar tu relación con tu mascota ...
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